Hace tiempo que ya debería haber visto la luz este pobre intento de rendir homenaje en forma de recuerdo a quien durante muchos años fué nuestro Presidente en la Peña Campurriana y que nunca dejará de serlo en nuestra memoria.
Han sido muchos los borradores que han ido, uno tras otro, a la papelera. No conseguía encontrar ni la palabra ni el tono que me hicieran sentir que estaba expresando claramente nuestro respeto y agradecimiento a quien empeñó tanto tiempo de su vida en llevar adelante “su” Peña.
Tenía la sensación de estar escribiendo frases demasiado ampulosas para hablar de quien como atributo llevaba
la sencillez. Que, si él lo pudiera leer me diría que no fuera exagerado, que sobraba tanto halago.
Y es cierto. Para honrar a José Luis bastaba con relatar su andar diario, con hablar de su no faltar a ningún San Sebastian, ni a ningún San Mateo. De su trajín por recaudar las cuotas de sus socios, de su encontrar cualquier excusa para aparecer por Reinosa. De su risa, de su purito, de su vino entre charlas y chascarrillos con sus paisanos.
Con eso basta para querer y recordar a este personaje irrepetible. Porque ….menudo personaje!!
Creo que el mejor homenaje que podemos hacerle es seguir su ejemplo. Aprovechar cualquier momento para “encontrarnos”, charlar, reírnos, tomarnos unos vinos, cantar unas tonadas campurrianas y seguir empujando la existencia de su Peña Campurriana. Y mientras lo hagamos, seguro que, entre el humo de algún purito, que lo habrá, veremos sonreír a Monre.
Siempre entre nosotros!!!